Ya está. Por fin publico algo. Me pregunto por qué me ha sido tan difícil decidirme. Quizás sea porque no estoy muy seguro de lo que voy a decir. Sí, es muy probable que sea por eso. Tampoco estoy seguro acerca de quién me leerá, si es que alguien va a hacerlo, o de si quien lo haga encontrará en mis palabras algún interés. Pero da igual, ése no es el principal objetivo. O al menos eso creo.
A decir verdad, ni siquiera tengo un objetivo claro... ¿qué busco exactamente publicando un blog? Difícil de decir. Algo me dice que tiene que ver con la necesidad de crear, de producir algo, de poner en funcionamiento el yo creativo, al cual indudablemente he ido dejando cada vez más olvidado con el paso del tiempo.
En fin, son sólo suposiciones. El tiempo será precisamente quien me diga cuál fué mi verdadera motivación para comenzar y, sobre todo, si se pudo mantener viva. Comienza la cuenta. ¿Cuántos días pasarán antes de viajar al limbo intangible de los blogs abandonados?
Desde luego, si los próximos posts me cuestan tanto esfuerzo como este primero, mi paso por la blogosfera podría ser efímero...
En fin, son sólo suposiciones. El tiempo será precisamente quien me diga cuál fué mi verdadera motivación para comenzar y, sobre todo, si se pudo mantener viva. Comienza la cuenta. ¿Cuántos días pasarán antes de viajar al limbo intangible de los blogs abandonados?
Desde luego, si los próximos posts me cuestan tanto esfuerzo como este primero, mi paso por la blogosfera podría ser efímero...